
Transformar un mandato en potencia política, madre de todes

        
                Qué palabras puedo usar sin que todo se  transforme en un cliché vergonzoso y mediocre, qué puedo decir yo sin sentir  que mi vida se empequeñece ante tu muerte.
¿Escoger la primera persona del singular para  nombrarte cuando ninguna gramática te comprendería jamás, confeccionar un  diccionario infinito e imposible para describirte, para recordarte? Solo cuento  con fracciones, retazos, estribillos de canciones, imágenes en blanco negro y a  todo color, tus anteojos rojos, tu pañuelo, tu voz, tus ojos…. 
En los  noventas íbamos a los escraches, mis compañeres subides a los postes  transformando las señales de tránsito en consignas de lucha; en contra del  olvido que esa década quería imponernos, tocabas el portero eléctrico de las  casas de los asesinos y sus vecines, arengabas consignas rabiosas, nos contabas  anécdotas, aprendíamos a hacer política, a vivir políticamente. 
Forjaste nociones comunes también para los  feminismos populares que aprendimos que la victimización y la pasividad con la  que pretenden definirnos cercena el campo de lo posible, de lo enunciable, de  nuestras resistencias. Corriste definitivamente los límites entre el ámbito  privado y el público, subvertiste los roles, siempre incorrecta. 
Nos enseñaste que un cuerpo político solo  puede expandirse a fuerza de una imaginación inclaudicable y un amor intenso. 
Nos legaste gestos cotidianos que hacen una  trama de vida militante, un inventario infinito de recursos y resistencias, una  forma de existir aun cuando el horror pretendía adueñarse de todo. 
Nos sentimos huérfanes, casi todes mis amigues  dijeron eso cuando nos enteramos.   Nuestra vida está atravesada por la tuya. 
Gracias por todo querida Hebe, vamos a  recordarte siempre como la potencia de ser para otres. 
Dra. Agustina Iglesias Skulj
Abogada/Doctora en Derecho/Criminóloga Transfeminista/Investigadora Independiente