22 de noviembre de 2022 - Por Mirta Fabiana Millan

¡¡¡Hasta la Victoria Siempre Hebe!!! Por Memoria, Verdad y Justicia

Hebe de Bonafini


Conocí a Hebe de Bonafini a cuando terminó la dictadura y recién comenzaba la democracia, fue en una cena íntima organizada por un par de compañeras quienes habían sido víctimas y sobrevivientes de la Dictadura militar en la ciudad de Bahía Blanca. La presencia de Hebe era  imponente, su voz potente, muy enérgica, aguerrida con mucho empuje hacia la vida.
En ese entonces siendo muy jovencita hablamos del tema indígena y de arte. Charlamos sobre creación de centros culturales, me acuerdo que Hebe decía y repetía la necesidad de tener centros culturales para los pibes y pibas. A mí se me fruncía el corazón, escuchándola con tantas garras y sueños, hablamos de educación, de lo que habían pasado con la desaparición de sus hijxs, de los nietxs. En ese momento estaba iniciando mi caminar en relación a la identidad originaria me interesaba saber qué opinaba al respecto.

 

 Entonces en un momento de la charla le pregunte sobre el conflicto de tierras en la zona Patagónica en relación a los indígenas, ella que era muy frontal, me dijo que había que dejar “de sacar a los indios de las tierras”  me acuerdo que dijo… “tienen que dejarlos tranquilos”. Pero me aclaro que no estaba de acuerdo que se hablara de nación mapuche, lo veía como un separatismo, ella hablaba de incluir a los indios, me acuerdo que me dijo “es una locura que hablen de Nación Mapuche”, fue ahí que me sacudió, había trascurrido la charla amena, pero ahí…justo ahí hubo un punto de inflexión, me había trastocado, me devolvía con voz enérgica, lo que era la otredad, mirarme en mi propio espejo. Reconocer/me como diversa, entonces entendí que estábamos situadas en generaciones distintas, con paradigmas diferentes, pero que a la vez habíamos sido permeadas por una cultura homogenizadora, a pesar de lo controvertido, contradictorio que suene, hay algo que surgió en ese espacio y tiempo. Los ancestros y ancestras nos habían reunidos, con un grito de esperanza, de puentes, sentires, luchas y resistencias.
Hebe movilizaba, interpelaba y abraza la lucha no solo de la Madres nietxs sino también la de los Pueblos de la Abya Yala que se resisten a seguir siendo.
Representaba simbólicamente a todxs los que abrazamos la vida, pensando que otro mundo es posible, con igualdad… Ella con el temperamento fuerte y bien plantada, colocó en su cabeza el pañuelo blanco, y abrazo la lucha para buscar a lxs hijxs desaparecidxs sin duda se convirtió en un símbolo de dignidad y coraje.

 

Hoy nos invita a nosotres como sociedad a seguir soñando, Pensamos que las Madres son eternas, y lo son aunque su espíritu pase a otra dimensión, desde allí nos dicen los abuelos y abuelas indígenas que nos seguirán guiando.
¡¡¡Hasta la Victoria Siempre Hebe!!! Por Memoria, Verdad y Justicia.

 

Mirta Fabiana Millan
Miembro del Pueblo Mapuche, integra la Comunidad Urbana Pillan Manke (Cóndor Sagrado) de la ciudad de  Olavarría- Pcia de Buenos Aires. Docente universitaria e Investigadora en Educación Intercultural.